domingo, 4 de mayo de 2008

"Cautivos en Babilonia"


A pesar de mi poca amabilidad
hacia la poesía...
he de comenzar con ella en esta
mi valiente travesía...
Sea Bienvenida la melancolía
"La Nostalgia de un Cautivo"
siempre es tema del día.

El pasado Jueves 1ro de mayo (Día del "TRABAJO")
analice a profundidad la película "La Misma Luna" y
me hizo pensar en la nostalgia del cautivo...del migrantre.
al trabajar lejos de casa, al negarse dia con dia a olvidar
sus raices, su musica... y todo en medio de una gran
jungla. Muy común en mi contexto...muy histórico...muy
romantico y
exagerado asi
como soy yo!!!.

Y bueno una cosa lleva a la otra. "Super Flumina Babylonis" es
de las pocas poesías que me hacen recrear un escenario, en donde
observo una tierra lejana... dejada hace mucho tiempo, me hace
recordar olores, me hace remontarme a mi infancia. el llanto
provocado por el origen feliz. Individual y absoluto.

Me hace sentir "Nostalgia"... negarme a olvidar...Lindo ejercicio
la nostalgia no? hábito de los migrantes sin duda alguna... cómo le
llaman ahora los cientificos a la capacidad de recrear espacios a
traves de la mente
"gimnasia mental"? buac!!! nada que "ver"

Bueno en fin, mi tema central es "El sentimiento de un cautivo" y este es mi
poema favorito...

"Super Flumina Babylonis" de San Juan de la Cruz.

Encima de las corrientes
que en Babilonia hallaba,
allí me senté llorando,
allí la tierra regaba,

Acordándome de ti,
¡Oh Sión!, a quien amaba.
Era dulce tu memoria,
y con ella más lloraba.
Dejé los trajes de fiesta,

Los de trabajo tomaba,
y colgué en los verdes sauces
la música que llevaba,
poniéndola en esperanza
de aquello que en ti esperaba.

Allí me hirió el amor,
y el corazón me sacaba.
Díjele que me matase,
pues de tal suerte llagaba;
yo me metía en su fuego,

Sabiendo que me abrasaba,
disculpando al avecica
que en el fuego se acababa.
Estábame en mí muriendo,
y en ti sólo respiraba,

En mí por ti me moría,
y por ti resucitaba,
que la memoria de ti
daba vida y la quitaba.
Gozábanse los extraños

Entre quien cautivo estaba;
preguntábanme cantares
de lo que en Sión cantaba:
­Canta de Sión un himno,
veamos cómo sonaba.

­Decid, ¿cómo en tierra ajena
donde por Sión lloraba,
cantaré yo la alegría
que en Sión se me quedaba?
Echaríala en olvido

Si en la ajena me gozaba.
Con mi paladar se junte
la lengua con que hablaba,
si de ti yo me olvidare,
en la tierra do moraba.

¡Sión, por los verdes ramos
que Babilonia me daba,
de mí se olvide mi diestra,
que es lo que en ti más amaba,
si de ti no me acordare,

En lo que más me gozaba,
y si yo tuviere fiesta
y sin ti la festejaba!
¡Oh hija de Babilonia,
mísera y desventurada!

Bienaventurado era
aquél en quien confiaba,
que te ha de dar el castigo
que de tu mano llevaba,
y juntará sus pequeños,

Y a mí, porque en ti lloraba,
a la piedra, que era Cristo,
por el cual yo te dejaba.


La obra poética de San Juan de la Cruz (1542-1591) está inspirada en un profundo
sentimiento
religioso. A decir de algunos de sus biógrafos, su poesía en general tiene
un estilo
similar al bíblico "Cantar de los cantares" atribuido a Salomón. Este
poeta
era un gran conocedor de la Biblia y de la "filosofía aristotélica y platónica"
(muy
renacentista el padrecito); también su obra nos trae aromas de las Églogas
del poeta
toledano Garcilaso de la Vega, muy impregnadas de un cultismo
"italianizante".
Jesus Herrera Peña.